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La transferencia del prominente líder de la oposición de prisión a “arresto domiciliario” debe ser un primer paso para revertir la política del gobierno venezolano de reprimir a todas aquellas personas que desacuerdan con ellos, dijo Amnistía Internacional.

En tempranas horas de este sábado, el preso de conciencia y líder del partido de oposición Voluntad Popular, Leopoldo López, fue trasladado de la cárcel de Ramo Verde a su casa, donde continuará cumpliendo la sentencia que le fue impuesta.

“Ver a Leopoldo López fuera de prisión es una buena noticia, pero intercambiar una cárcel por otra no es suficiente. Ser sujeto a arresto domiciliario significa que Leopoldo continúa privado de su libertad,” dijo Erika Guevara Rosas, Directora para las Américas de Amnistía Internacional.

“Oponerse al gobierno no es un crimen. Todos los cargos contra Leopoldo deben ser retirados y él debe ser puesto en libertad inmediata e incondicionalmente.”

 “Es de suma necesidad que la administración del presidente Maduro deje de castigar a las personas por pensar diferente. Debería de enfocar su energía en encontrar soluciones factibles para resolver la profunda crisis en la que el país se encuentra sumido.”

 

Información complementaria

Leopoldo López, líder del partido de oposición Voluntad Popular, se entregó a la Guardia Nacional el 18 de Febrero de 2014 tras una manifestación que organizó. Fue acusado de cargos que incluían terrorismo, homicidio y daños corporales agravados, instigación pública, daños a la propiedad, incendio en grado determinador y asociación para delinquir. Ha estado detenido desde entonces.

En Agosto de 2014, el grupo de trabajo de Naciones Unidas sobre Detenciones Arbitrarias dijo que la detención de López había sido arbitraria y el Alto Comisionado para los Derechos Humanos pidió a las autoridades que lo liberaran inmediatamente.

Cuarenta y cuatro personas murieron, incluyendo miembros de las fuerzas de seguridad, y cientos fueron heridas durante las protestas que tuvieron lugar en Venezuela en la primer mitad de 2014. Cientos fueron maltratados y miles detenidos. Las víctimas y sus familias todavía esperan verdad, justicia y reparaciones.

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