Un nuevo homicidio de un periodista en México –el quinto en el año– pone de manifiesto la alarmante situación de la libertad de expresión en el país, así lo ha manifestado Amnistía Internacional.

Javier Valdez Cárdenas, fundador del medio Río Doce, periodista de La Jornada y El Noroeste, murió por disparos a unos metros de su oficina en el estado de Sinaloa, en el norte de México. Javier era conocido por su trabajo sobre el crimen organizado y el narcotráfico. En 2011 recibió el Premio Internacional a la Libertad de Prensa, otorgado por el Comité para la Protección de Periodistas.

Este es el segundo asesinato de un periodista de La Jornada en el 2017.

“Ser periodista en México parece más una sentencia a muerte que una profesión. El continuo derramamiento de sangre del cual las autoridades prefieren hacer caso omiso genera un profundo vacío que afecta el ejercicio de la libertad de expresión en el país”, ha manifestado Tania Reneaum, directora de Amnistía Internacional México.

“El país se ha convertido en una zona de alto riesgo para los profesionales que, como Javier, informan con valentía de situaciones relativas al crimen y la seguridad. Medios tan relevantes en México como La Jornada no deberían de estar bajo amenaza. Este crimen, como los restantes, debe investigarse de manera independiente e imparcial y todos aquellos sobre quienes pese la sospecha de ser responsables deben comparecer ante la justicia”.

De acuerdo a la organización Article 19, 105 profesionales de medios de comunicación han sido asesinados en México desde el año 2000. Reporteros sin Fronteras ha declarado que, en 2016, México fue el tercer país con el número más elevado de muertes de periodistas en el mundo, superado únicamente por Siria y Afganistán.

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