Las personas lesbianas, gays, bisexuales, transgénero e intersexuales (LGBTI) han sido históricamente discriminadas por la sociedad y el Estado. Hasta el día de hoy el Estado peruano no ha establecido políticas claras para combatir los prejuicios y los estereotipos que generan violencia, discriminación y acentúan la vulnerabilidad de esta comunidad.
Tampoco se han establecido políticas para el reconocimiento de las familias formadas por parejas del mismo sexo, recluyéndolas a vivir sin derechos que les reconozcan como cónyuges, hijes, padres o madres.
En los últimos meses ha ido avanzando en el Congreso una propuesta de Unión Civil que ofrece protección patrimonial a las parejas del mismo sexo, pero que no constituye un matrimonio en iguales condiciones como sí lo tienen las parejas heterosexuales.
Negar el matrimonio igualitario a las parejas del mismo sexo implica no dar reconocimiento civil a muchas familias ya conformadas, y que derechos de nacionalización o residencia, por citar algunos ejemplos, sean efectivos, como sí sucede bajo los efectos del matrimonio. Esto crea formas de discriminación en su entorno, generando múltiples violaciones a sus derechos humanos basados por su orientación sexual.
La no discriminación por motivos de orientación sexual es un principio reconocido internacionalmente y ratificado por la comunidad internacional desde hace más de quince años en distintos instrumentos internacionales.
Por todo esto, exigimos al Congreso peruano que apruebe las normas legales que otorguen Matrimonio Igualitario, y todos los derechos que implica esta figura jurídica, para que todas las familias puedan disfrutar de los mismos derechos.
Es tiempo de avanzar hacia la igualdad.