El 2024 fue un año de grandes desafíos en la lucha por los derechos humanos en Perú. Mientras se fue cerrando el espacio cívico, se aprobaron leyes y políticas que obstaculizan el acceso a la justicia de las víctimas. Registramos retrocesos en los derechos de las mujeres y la comunidad LGBTIQ+, deficiencias en el sistema de protección de personas defensoras de la tierra, el territorio y el medio ambiente, y obstáculos para ejercer el derecho a la salud.
En ese contexto reforzamos nuestro trabajo de acompañamiento a las víctimas, denunciamos las violaciones a los derechos humanos amplificando las voces de los titulares de derecho a nivel nacional e internacional, y fortalecimos el movimiento con más grupos y acciones en todo el país. También fortalecimos nuestro trabajo en educación en derechos humanos con jóvenes, activistas y titulares de derecho.
De esta forma, ante los retrocesos registrados en varios ámbitos, hemos seguido vigilantes, alzando nuestras voces e innovando, desde el diseño, nuestras acciones y campañas en diferentes regiones del país a favor de una sociedad igualitaria, donde se garanticen los derechos humanos.