Un año más, China volvió a negarse a divulgar las cifras exactas sobre su uso de la pena de muerte. La información sobre el número de ejecuciones tiene carácter de secreto de estado y quienes revelan secretos de Estado pueden ser acusados penalmente. Amnistía Internacional, por tanto, desconoce el número exacto de ejecuciones llevadas a cabo en 2009 en ese país, aunque la evidencia de años anteriores y las fuentes actuales indican que ascendieron a miles. En China hay 68 delitos punibles con la muerte, incluyendo delitos no violentos como la evasión fiscal.Para poner en evidencia la falta de transparencia de China, Amnistía Internacional ha decidido no publicar sus propios datos mínimos y ha desafiado a las autoridades chinas a revelar el número de personas que ejecutan y condenan a muerte con motivo de la publicación de su análisis sobre la pena de muerte en el mundo en 2009.En su informe
Condenas a muerte y ejecuciones en 2009, Amnistía Internacional revela que, sin contar con los datos probables de China, al menos 714 personas fueron ejecutadas en 18 países y al menos 2.001 personas fueron condenadas a muerte en 56 países el año pasado. Además de China, los principales Estados ejecutores fueron Irán, con un mínimo de 388 ejecuciones, Irak, con un mínimo de 120, Arabia Saudí, con un mínimo de 69, y Estados Unidos, con 52.En el informe se aborda el carácter discriminatorio del uso de la pena de muerte en 2009, impuesta de manera desproporcionada a personas pobres, pertenecientes a minorías o a comunidades étnicas y religiosas, a menudo después de juicios manifiestamente injustos.El uso de la pena de muerte en países como China, Bielorrusia, Corea del Norte, Irán, Mongolia y Vietnam está envuelto en el secreto. Este hermetismo es insostenible: si la pena capital es un acto Estado legítimo, como afirman estas naciones, no hay motivo para que su uso se oculte a la opinión pública y al escrutinio internacional.En 2009 los métodos de ejecución fueron la horca (Bangladesh, Botsuana, Corea del Norte, Egipto, Irak, Irán, Japón, Malaisia, Singapur, Siria, Sudán), el disparo (China, Libia, Siria, Vietnam, Yemen), la decapitación (Arabia Saudí), la lapidación (Irán), la electrocución (Estados Unidos) y la inyección letal (China, Estados Unidos y Tailandia).En dos países, Irán y Arabia Saudí, continuó ejecutándose a personas condenadas por delitos cometidos cuando eran menores de 18 años, violando con ello el derecho internacional.En Irán la pena de muerte siguió aplicándose en casos políticos, en los que la acusación suele ser "enemistad contra Dios"; también se dictaron condenas por "sodomía". Bajo el cargo de "difundir propaganda contra la República Socialista de Vietnam" nueve activistas políticos fueron condenados a muerte en Vietnam, después de haber "confesado" por televisión. En Arabia Saudí se dictaron condenas a muerte por "brujería".Con todo, las cifras también demuestran que en 2009 el mundo prosiguió su avance hacia la abolición: al final del año, un total de 139 países habían abolido en todo el mundo la pena de muerte en la ley o en la práctica. Sólo 58 países seguían manteniendo este castigo en su legislación. En 2009, además, se adoptaron importantes medidas para aplicar una moratoria mundial sobre las ejecuciones en todas las regiones del mundo, y dos países más -Burundi y Togo- abolieron la pena de muerte para todos los delitos. Por primera vez en la historia, no hubo ninguna ejecución en toda Europa. En América, solo Estados Unidos llevó a cabo ejecuciones.
Y el Perú votó a favor en la ONU de una moratoria global de la pena de muerte.Descarga el informe completo: Condenas a muerte y ejecuciones en 2009
Amnistía Internacional se opone a la pena de muerte en todos los casos sin excepción independientemente de la naturaleza del delito, de las características del delincuente, o del método utilizado por el Estado para llevar a cabo la ejecución.