El modelo ugandés de acogida es uno de los más progresistas del mundo. Sin embargo, la generosa política de Uganda hacia las personas refugiadas está amenazada, puesto que miles de personas llegan cada día al país, cuyo sistema de recepción de refugiados sufre una carencia crónica de fondos.
- Uganda acoge a una de las poblaciones refugiadas más grandes del mundo. En la actualidad, este país acoge a más de un millón de personas refugiadas, de las que más de 900.000 proceden de Sudán del Sur.
- Las personas refugiadas huyen de violaciones atroces de derechos humanos, que incluyen violencia sexual, tortura e incluso la muerte en Sudán del Sur.
- En Uganda, la mayoría de las personas refugiadas procedentes de Sudán del Sur –más del 64%- son niños y niñas de menos de 18 años. Junto con las mujeres, suman el 86% de la población refugiada de Sudán del Sur en Uganda.
- Uganda tiene uno de los enfoques más generosos y progresistas respecto a la acogida de personas refugiadas de la región, y posiblemente del mundo. Las personas refugiadas gozan de una relativa libertad de circulación, igualdad de acceso a educación primaria, atención médica y otros servicios sociales básicos, y derecho a trabajar y a poseer un negocio.
- En Uganda, las personas refugiadas son acogidas en zonas llamadas “asentamientos”, donde se les asignan parcelas de tierra en las que construir refugios, cultivar comida e iniciar sus propios negocios. La idea es que, en cinco años, puedan ser autosuficientes y ya no necesiten depender de la ayuda humanitaria.
- El acogedor enfoque ugandés corre peligro de venirse abajo porque los países ricos no cumplen con su parte a la hora de apoyar a Uganda y al más de un millón de personas refugiadas que viven allí.
- Los países ricos han dado la espalda a las personas que huyen de Sudán del Sur, pues han ofrecido un número extremadamente bajo de plazas de reasentamiento a las personas refugiadas vulnerables. El reasentamiento brinda a las personas refugiadas vulnerables la oportunidad de reiniciar su vida con dignidad, pero en 2016 sólo 11 personas refugiadas de Sudán del Sur fueron reasentadas desde Uganda.
- Ya es hora de que los países ricos igualen la generosidad de Uganda. Hay dos cosas inmediatas que pueden hacer para ayudar: deben aumentar la financiación para Uganda, y deben incrementar sustancialmente las plazas de reasentamiento y otras vías seguras y legales que se ofrecen a las personas refugiadas de Sudán del Sur.