En 2019 varios estados estadounidenses han aprobado leyes que prohíben efectivamente el aborto y otros han tomado medidas para restringir de forma drástica el acceso a este.

He aquí 10 datos clave sobre esta alarmante serie de medidas contra los derechos reproductivos.

1. Esto viene gestándose hace tiempo

En 1973 la Corte Suprema estadounidense resolvió que el aborto era legal en la histórica causa Roe v. Wade. Desde entonces, activistas y políticos antiabortistas de ambos sexos trabajan para revocar esta sentencia; ahora vemos los resultados de esa labor. Los ataques contra Roe aumentaron también cuando el presidente Trump nombró a dos nuevos jueces de la Corte Suprema, ambos contrarios al aborto.

Pero es importante reconocer que la legislación no es el único factor que determina el acceso al aborto.

Desde 1973, el activismo antiaborto va recortando sistemáticamente el acceso al aborto, en parte con la creación de barreras económicas y logísticas que dificultan o imposibilitan someterse a un aborto con independencia de lo que diga la ley.

2. Muchas personas ya tienen dificultades para abortar en EE. UU.

Tomemos Alabama como ejemplo. En mayo, la gobernadora de Alabama promulgó como ley un proyecto legislativo draconiano que podía castigar con cadena perpetua a los y las profesionales de la medicina que practicaran abortos. Pero, en la práctica, el aborto ya es inaccesible para muchas personas en Alabama.

El Instituto Guttmatcher concluyó que en 2014, el 93% de los condados de Alabama carecía de clínicas que practicaran abortos. Esto significa que muchas personas de Alabama tienen que desplazarse a otros estados para abortar. Aun así, hay muchas que sencillamente no tienen dinero para una interrupción del embarazo.

Esto es así porque Alabama, como muchos otros estados, no incluye el aborto en la lista de servicios médicos a los que pueden acceder las personas de ingresos bajos a través de Medicaid (seguro médico subvencionado por el gobierno). En la actualidad, todos los estados tienen que dedicar fondos públicos a los abortos en casos de violación, incesto o riesgo para la vida, pero en muchos lugares estas excepciones serán irrelevantes si entran en vigor nuevas leyes más duras.

3. No hay suficientes clínicas de aborto cerca en Estados Unidos

En seis estados de Estados Unidos hay sólo una clínica que practica abortos. Veintisiete ciudades importantes del país y gran parte de las zonas rurales son “desiertos” en lo que se refiere al aborto, pues la mayoría de la población vive a más de 150 kilómetros de un proveedor de servicios de aborto.

Una forma en que el activismo antiabortista fuerza la desaparición de servicios esenciales es mediante la regulación específica dirigida a los proveedores de servicios de aborto, conocida como leyes TRAP. Las leyes TRAP son una serie de requisitos innecesarios para la concesión de licencias que pueden dificultar que las clínicas de aborto sigan abiertas.

Por ejemplo, las autoridades del estado podrían especificar la anchura preceptiva de los pasillos de un edificio donde profesionales de la medicina practiquen abortos, el tamaño de las plazas de aparcamiento o la distancia a la que el centro debe estar de un centro escolar. Estos requisitos no tienen relación alguna con la seguridad de las pacientes, sino que se usan como una forma de ejercer tanta presión sobre las clínicas que estas se ven obligadas a cerrar.

4. Algunos estados han prohibido de hecho todos los abortos

La nueva ley de Alabama prohíbe todos los abortos a partir del momento en que “se sabe que la mujer está embarazada”, sin ninguna excepción. Esta es la ley más dura.

Cinco estados —Georgia, Ohio, Kentucky, Misisipi y Luisiana— han aprobado leyes que prohíben el aborto a partir de las seis semanas: antes de que muchas personas sepan siquiera que están embarazadas.

5. Pero no nos preocupan sólo las prohibiciones totales

Según el Instituto Guttmacher, solamente entre el 1 de enero y el 15 de mayo de 2019 se han impuesto 42 restricciones a los abortos. Esto incluye medidas como prohibir ciertos tipos habituales de intervención y exigir el consentimiento de los progenitores para las adolescentes.

6. Estas nuevas leyes causarán muertes y lesiones

Las leyes antiaborto no detienen ni reducen los abortos, pero sí los hace peligrosos.

El aborto, cuando se practica con la asistencia de un o una profesional de la salud competente y en condiciones higiénicas, es una de las intervenciones médicas más seguras. Pero cuando se limita o se criminaliza, las personas se ven obligadas a buscar vías no seguras para interrumpir el embarazo.

Se calcula que, en todo el mundo, son hospitalizadas cinco millones de mujeres cada año por complicaciones del aborto, y mueren alrededor de 47.000 mujeres.

Estados Unidos tiene la mayor tasa de mortalidad materna de los países desarrollados, y los estados con las leyes sobre el aborto más restrictivas ya tienen mayores tasas de mortalidad infantil y de mortalidad materna. Por eso estas nuevas leyes son el camino al desastre para la salud de las mujeres.

7. Estas leyes son discriminatorias

Las personas de ingresos bajos —adolescentes, personas de color, migrantes y refugiadas— son las más afectadas por las restricciones del aborto porque tienen más dificultades para pagar, desplazarse o dejar de trabajar.

En Estados Unidos, las mujeres afroamericanas tienen tres o cuatro veces más probabilidades de morir durante el embarazo o el parto que las mujeres blancas, y esta vergonzosa desigualdad se verá probablemente reforzada por unas nuevas leyes que hacen más peligroso el embarazo.

Estas leyes son también otro golpe para las personas LGBTI, cuyos derechos sufren un ataque constante con la administración Trump. En Estados Unidos, las personas trans ya tienen enormes barreras para acceder a la atención para la salud reproductiva, y esta serie de nuevas leyes las excluirán aún más.

8. La agenda antiaborto de Trump no afecta sólo a las personas de Estados Unidos

En 2017, el presidente Trump restableció y amplió una política denominada regla de la mordaza global. Esta regla establece que ninguna organización extranjera que reciba fondos estadounidenses para asistencia médica general puede mencionar siquiera el aborto como parte de sus programas de asesoramiento o educación, ni siquiera en el caso de que el dinero para estos programas concretos no proceda de Estados Unidos.

Ni siquiera cuando los proveedores creen que el embarazo pone en peligro la salud de la mujer pueden decirle a esta que el aborto es una opción o remitirla a un proveedor seguro. Un estudio reciente concluyó que esta política está haciendo menos accesibles toda una serie de servicios, como los servicios de anticoncepción, las pruebas y el tratamiento del VIH/sida, la detección del cáncer cervical y el apoyo a sobrevivientes de la violencia de género.

9. El 73% de la población estadounidense quiere que el aborto siga siendo seguro y legal

Los y las legisladoras que imponen estas restricciones extremas al acceso al aborto no representan la opinión de la mayoría de la población estadounidense.

Una encuesta independiente publicada en enero de 2019 concluyó que dos tercios de la población estadounidense cree que el aborto debería ser legal en “todos” o en “la mayoría” de los casos, y el 73% se opone a que se revoque la sentencia Roe v. Wade.

10. ¡La lucha no ha terminado!

Ninguna de las prohibiciones del aborto aprobadas este año ha entrado en vigor aún, y el aborto sigue siendo legal en los 50 estados (a 11 de junio de 2019).

La Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) y el Fondo de Acción para la Planificación Familiar (Planned Parenthood Action Fund), así como otras personas y organizaciones, han prometido responder y ya se han presentado demandas judiciales en varios estados.

El 31 de mayo, Planned Parenthood obtuvo una orden judicial para mantener abierta la única clínica de aborto de Misuri el mismo día que iba a cerrar. El proyecto de ley de las “seis semanas” de Kentucky ha sido bloqueado temporalmente.

Con anterioridad, se han vetado proyectos de ley similares por anticonstitucionales en estados como Iowa y Dakota del Norte.

En mayo, miles de personas participaron en concentraciones coordinadas para exigir a los estados que detengan las prohibiciones, y personas de todo el mundo continúan alzando la voz en defensa de los derechos reproductivos.

Si desean más información o saber por qué el acceso al aborto es un derecho humano, consulten: Datos clave sobre el aborto.

 

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