La atroz decisión de un tribunal de Brasil de archivar el caso del homicidio de un niño de 10 años cometido durante una operación de la policía militar en una favela de Río de Janeiro podría dejar impunes a las fuerzas de seguridad, ha declarado Amnistía Internacional.
Eduardo de Jesus Ferreira recibió un disparo en la cabeza efectuado por agentes de la policía militar durante una operación policial llevada a cabo en la favela de Alemão, una de las mayores de Río de Janeiro, el 2 de abril de 2015.
La investigación policial concluyó que los responsables del disparo que mató a Eduardo fueron agentes de policía, pero estos alegaron que habían actuado en defensa propia y en respuesta a un tiroteo con delincuentes armados. Sin embargo, la familia de Eduardo, sus vecinos y testigos declararon que no había ningún enfrentamiento ni tiroteo en el momento del homicidio.
La Fiscalía puede recurrir contra la decisión de archivar el caso.
"No castigar a nadie por el trágico asesinato de Eduardo transmitirá el mensaje de que es aceptable que la policía ejecute a personas", afirmó Renata Neder, asesora en derechos humanos de Amnistía Internacional Brasil.
"Lo que deberían hacer las autoridades brasileñas es, por el contrario, garantizar que se investiga la serie sin fin de violaciones de derechos humanos cometidas por la policía en Río de Janeiro y que todos los sospechosos de responsabilidad criminal responden ante la justicia en juicios justos."
Amnistía Internacional ha lanzado una acción electrónica para pedir al fiscal general y al ministro de Justicia que garanticen que se juzga efectivamente el caso y que los policías responsables de la muerte de Eduardo rinden cuentas de sus actos.