En América Latina y el Caribe, las persistentes desigualdades sociales y de género son las principales causas de las alarmantes violaciones a los derechos sexuales y reproductivos en la región. Dentro de las más comunes se encuentran: mortalidad materna prevenible, infecciones de transmisión sexual, incluida la persistencia de VIH en jóvenes, así como la falta de respuesta a las necesidades de planificación familiar, particularmente de poblaciones vulnerables como aquellas viviendo en pobreza o en áreas rurales.
Indígenas, afrodescendientes, adolescentes, migrantes y personas con discapacidad, entre otros también representan grupos humanos particularmente vulnerables en dicho contexto. Por si fuera poco, la región tiene la tasa de embarazo adolescente (niñas de entre 15 y 19 años) más alta del mundo después de África Subsahariana.Los movimientos, principalmente de mujeres y jóvenes, que luchan por la vigencia de los derechos sexuales y reproductivos en la región han conseguido victorias importantísimas y están más fuertes que nunca para enfrentar los continuos desafíos. Amnistía Internacional reconoce y valora el aporte de estos colectivos y también se suma a esta lucha.Puntualmente hablando, en el Perú Amnistía Internacional se ha sumado al reclamo de miles de mujeres campesinas que afirman haber sido esterilizadas de manera forzosa durante la década de los años noventa. La campaña de recolección de firmas para solicitarle al Estado peruano que revise la decisión de archivar estas denuncias continúa en marcha y forma parte también de las actividades que el movimiento internacional realizará en Perú dentro del marco de la campaña Mi cuerpo, mis derechos.Del mismo modo, en el curso de esta campaña de dos años de duración, AI publicará una serie de informes puntuales sobre varios países donde se niegan derechos sexuales y reproductivos. Entre estos países figuran los del Magreb, donde se obliga a niñas violadas a casarse con su violador; El Salvador y otros países, donde se impide a las mujeres y las niñas abortar a pesar de que existan riesgos para su salud, e incluso para su vida, y Burkina Faso, donde se obliga a tener hijos a niñas de muy corta edad."Con esta campaña queremos contribuir a que la próxima generación tome conciencia de sus derechos sexuales y reproductivos y los reclame. Unidos, queremos transmitir a los gobiernos el mensaje claro e inequívoco de que este enorme control viola los derechos humanos y es del todo inadmisible", concluye Salil Shetty. INFORMACIÓN ADICIONALLa organización ha publicado un informe en el que pone de relieve la creciente represión que se ejerce contra los derechos sexuales y reproductivos en muchos países del mundo, que dan prioridad a políticas represivas a costa de los derechos humanos y las libertades básicas.En el informe se reseñan estadísticas y conclusiones de investigaciones que auguran a la próxima generación un futuro lleno de riesgos si el mundo continúa haciendo caso omiso de la represión de los derechos sexuales y reproductivos.