La repatriación por parte del ejército estadounidense del detenido de la base naval de Guantánamo Omar Khadr a su país de origen, Canadá, es un pequeño paso para terminar con el vacío de derechos humanos que desde hace un decenio reina en este centro de detención administrado por Estados Unidos, ha dicho Amnistía Internacional. Tras ser trasladado a Canadá el sábado, el joven, de 26 años y nacido en Toronto, seguirá bajo la custodia de Canadá hasta que el próximo verano pueda solicitar la libertad condicional.Retenido por el ejército estadounidense desde su detención en Afganistán en 2002, cuando tenía 15 años, Khadr fue sometido a tortura y otros malos tratos y luego procesado en el sistema de comisiones militares de Guantánamo, que no cumple las normas internacionales sobre garantías procesales."La trágica historia de Khadr pone de manifiesto los motivos por los que Guantánamo debe cerrarse, y cuanto antes, mejor", ha dicho Suzanne Nossel, directora ejecutiva de la Sección Estadounidense de Amnistía Internacional."Dado el lentísimo ritmo con que la administración Obama está abordando el cierre de este centro de detención estadounidense, aunque la medida es escasa y llega tarde, supone cierto avance. Es preciso que el presidente Obama cumpla su promesa de cerrar el capítulo de Guantánamo y garantice que, o se presentan cargos contra todos los detenidos y se les juzga con garantías, o se les pone en libertad. Obama también debe garantizar la plena rendición de cuentas y el acceso de los detenidos a interposición de recursos por las violaciones de derechos humanos sufridas a manos de las autoridades de Estados Unidos y de otros países. Ésta es la única forma de garantizar que se hace justicia con todos."
Aún hay decenas de detenidos en GuantánamoA pesar de la promesa del presidente Barack Obama de cerrar Guantánamo en el plazo de un año tras su toma de posesión en enero de 2009, después de la repatriación de Khadr sigue habiendo 166 hombres detenidos en la base naval estadounidense.Cuando el ejército estadounidense comenzó a administrar el centro de detención de Guantánamo, en enero de 2002, a los detenidos se les negó el acceso a asistencia letrada y a los tribunales durante más de dos años. Las denuncias de tortura y otros malos tratos referidas a este periodo son especialmente numerosas. Hasta la fecha, solo un detenido de Guantánamo ha sido trasladado a territorio continental estadounidense y juzgado ante un tribunal civil federal ordinario.Durante los últimos diez años, nueve detenidos de Guantánamo han muerto bajo custodia, incluido el ciudadano yemení Adnan Farhan Abdul Latif a principios de septiembre de este año.
Oportunidad para la justicia en CanadáEn octubre de 2010, Omar Khadr es condenado a 40 años de cárcel tras declararse culpable de cinco cargos con arreglo a la Ley de Comisiones Militares de 2009, entre ellos el de "asesinato en contra de las leyes de la guerra" de un soldado estadounidense en Afganistán en 2002.En virtud de un acuerdo previo al juicio, la condena se reduce a ocho años, aunque no se le cuentan los ocho años que ya ha pasado bajo custodia estadounidense. También podrá optar a ser trasladado a Canadá tras 12 meses, aunque en ese momento no hay ninguna garantía de que esta repatriación vaya a producirse.Las leyes canadienses disponen que la pena máxima para una persona condenada por delitos cometidos cuando era menor de edad es de 10 años, de los cuales solo puede pasar seis en prisión.Los tribunales, los órganos de la ONU y numerosas ONG, incluida Amnistía Internacional, han señalado reiteradamente las violaciones de derechos humanos -como la detención arbitraria y las denuncias de tortura y otros malos tratos- para las que aún no ha habido reparación en el caso de Khadr.Sus denuncias de tortura y otros malos tratos bajo la custodia del ejército estadounidense son creíbles y preocupantes, y deben ser investigadas de una vez por todas de forma imparcial y eficaz.Los derechos de Khadr también fueron violados por los funcionarios canadienses que siguieron interrogándolo en Guantánamo a pesar de que su detención y el trato que recibía violaban el derecho internacional.Su condición de niño soldado en el momento de su detención -con las obligaciones que esto conlleva- aún debe ser reconocida formalmente."El caso de Khadr destaca como uno de los mayores fracasos de las autoridades canadienses a la hora de defender a un ciudadano", ha dicho Alex Neve, secretario general de la Sección Canadiense de Amnistía Internacional."Canadá tiene ahora la oportunidad de enmendar algunos de estos errores: es preciso que haya una investigación completa e imparcial sobre las denuncias de tortura y otros malos tratos de Khadr, que debe obtener reparación por las violaciones de derechos humanos que sufrió. Las víctimas de violaciones de derechos humanos no deben tener que ir a los tribunales para obligar a que se inicien acciones en casos como éste, en los que las violaciones de derechos humanos son tan flagrantes."Amnistía Internacional también pide a las autoridades canadienses que concedan a Khadr toda la protección a la que tiene derecho con arreglo al derecho internacional y a las leyes nacionales, y que garanticen que recibe la rehabilitación adecuada que lo prepare para cuando sea puesto en libertad.