La policía y las fuerzas de seguridad egipcias no están actuando para proteger a manifestantes y transeúntes frente a la violencia en el contexto del conflicto político del país. Así lo ha manifestado Amnistía Internacional hoy, cuando el ejército está a punto de cumplir su amenaza de intervenir para resolver la crisis.Según los datos recopilados por los investigadores de Amnistía Internacional en Egipto, las fuerzas de seguridad no han intervenido, o lo han hecho demasiado tarde, para detener la violencia durante los enfrentamientos. La violencia entre partidarios y detractores del presidente Morsi estalló en todo el país el 28 de junio."Las fuerzas de seguridad deberían haber estado más que dispuestas a impedir y detener el tipo de enfrentamientos mortales que hemos presenciado en los tres últimos días", ha manifestado Hassiba Hadj Sahraoui, directora adjunta del Programa para Oriente Medio y el Norte de África de Amnistía Internacional."Resulta difícil imaginar que no pudieran haber predicho la violencia. Esta sospechosa falta de actuación para impedir la pérdida de vidas supone un cruel incumplimiento de su deber de proteger la vida y defender los derechos humanos. Nuestros datos suscitan dudas sobre si la falta de protección a todos los manifestantes, independientemente de su afiliación política, es el resultado de una política deliberada del aparato de seguridad."Desde el 30 de junio, más de 30 personas han muerto en las protestas y la subsiguiente violencia política, producida en medio de manifestaciones masivas tanto de partidarios como de detractores del presidente Morsi.Antes de las protestas, el Ministerio del Interior, responsable fundamental de las fuerzas de seguridad, hizo declaraciones contradictorias. Según la información publicada por los medios de comunicación, anunció que no protegería los edificios pertenecientes al movimiento de la Hermandad Musulmana en Egipto, y que sólo intervendría cuando estuvieran amenazados edificios públicos o prisiones. Aunque el Ministerio anunció que se mantendría imparcial y protegería a todos los ciudadanos, expresó su apoyo al ultimátum del ejército que pedía a los partidos políticos que resolvieran la crisis, un ultimátum ampliamente considerado un desprecio al presidente Morsi.La violencia que se desató ayer en varias localidades de los alrededores de El Cairo, y que, según datos oficiales, se saldó con la muerte de 18 personas, continuó durante horas antes de que se desplegara el ejército.
Según testigos presenciales, durante todo el día hubo enfrentamientos intermitentes en torno a la Universidad de El Cairo entre partidarios del presidente, que celebraban una protesta allí cerca, y atacantes no identificados. Los enfrentamientos se intensificaron tras el discurso del presidente al atardecer. Los datos indican que se utilizó munición real que causó heridas a más de 600 personas, entre ellas un policía.El 3 de julio, el ministro del Interior destituyó al jefe de seguridad de Giza por su inadecuada respuesta a los enfrentamientos."A la luz de las recientes muertes, esta actuación es insuficiente y tardía", ha manifestado Hassiba Hadj Sahraoui."Es fundamental que las fuerzas de seguridad actúen ya con profesionalidad y se tomen en serio su responsabilidad de garantizar la seguridad de todas las personas de Egipto."