La muerte de un célebre escritor uigur en una prisión de China, de la que se ha tenido reciente noticia, cuestiona la existencia de libertad de expresión, y pone de manifiesto las duras condiciones penitenciarias del país. Así lo ha manifestado hoy Amnistía Internacional.Aunque la muerte del escritor Nurmemet Yasin no se ha conocido hasta hace unos días, parece ser que el fallecimiento se produjo en algún momento de 2011 en la prisión de Shaya, en la Región Autónoma Uigur del Sin-kiang, en el oeste de China."Nurmemet Yasin no debió haber sido encarcelado, para empezar, y, si se confirma, la muerte de este joven escritor en prisión supondrá un triste cuestionamiento de la noción de justicia del gobierno chino", ha manifestado Catherine Baber, directora adjunta del Programa para Asia y Oceanía de Amnistía Internacional.
Amnistía Internacional pide a las autoridades chinas que confirmen o nieguen los informes sobre la muerte de Nurmemet Yasin.El escritor fue encarcelado por "incitar al separatismo" sobre la base de su relato
Palomo salvaje, una narración en primera persona sobre un palomo, hijo de un rey palomo, que es atrapado por los humanos y prefiere suicidarse a vivir en cautividad.
"Ahora, por fin, puedo morir libre", dice el narrador en el relato. "Siento que mi alma arde, inmensa y libre."Se sabe poco sobre la muerte del escritor, pero se cree que sufría problemas de salud mientras estuvo recluido, y se sabe que las condiciones de la prisión de Shaya son duras. Gao Zhisheng, destacado disidente y abogado de derechos humanos, permanece recluido en la misma prisión.Nurmemet Yasin fue detenido en 2004, tras la publicación de
Palomo salvajeen una revista literaria de Kashgar, y fue condenado a 10 años de prisión tras un juicio injusto. Fue uno de los pocos presos de China a los que visitó el relator especial de la ONU sobre la cuestión de la tortura en 2005.Prolífico autor y poeta, Nurmemet Yasin era miembro honorario de la organización PEN inglesa, estadounidense y china (la denominada Independent Chinese PEN). Publicó tres volúmenes de poesía:
Primer amor,
Llanto desde el corazón y
Adelante, niños, y sus escritos se incluyen en los libros de texto escolares en lengua uigur."Las autoridades chinas deben saber que condenar a escritores pacíficos a una muerte lenta en prisión no destruirá las obras de estos autores, ni dominará el ansia de libertad que esas obras inspiran", ha manifestado Catherine Baber