Cuando la policía lo capturó en 2009, lo golpearon en las costillas, lo obligaron a caminar de rodillas, le propinaron patadas y le obligaron a firmar una declaración falsa. Tras cinco años de prisión preventiva, fue liberado.Ángel Amilcar Colón fue detenido por la policía en Tijuana, en norte de México, cuando viajaba desde su país, Honduras, a Estados Unidos en marzo de 2009. Sufrió entonces tortura a manos de policías y militares. Además de obligarle a firmar una declaración falsa, que utilizaron para implicarlo en actividades delictivas y recluirle como medida 'preventiva'. Se retractó de la declaración cuando lo llevaron ante un juez y denunció la tortura a las autoridades, que no hicieron nada.El procurador general federal de México ha decidido ahora retirar los cargos contra Ángel Colón, que ha sido puesto en libertad sin condiciones.La directora del Programa de Amnistía Internacional para las Américas, Erika Guevara Rosas, explicó que "Colón sufrió tortura a manos de las autoridades mexicanas y ha visto su vida truncada por años de prisión preventiva". Amnistía cree que la detención y procesamiento de Colón fueron resultado de la discriminación basada en su origen étnico -afrodescendiente - y su condición de migrante indocumentado.Ahora, Colon pide que los torturadores sean llevados ante la justicia, como prevención de otros posibles casos.Ángel cuenta que le vendaron los ojos y lo llevaron a una base militar, donde oía los gritos de otras personas también detenidas. Lo amenazaron con hacerle lo mismo que a ellas y lo golpearon reiteradamente. Le pusieron una bolsa de plástico en la cabeza hasta casi asfixiarlo. Lo desnudaron y lo obligaron a limpiar con la lengua los zapatos de otros detenidos y a realizar actos humillantes y más.El recién liberado pidió a la comunidad internacional no bajar la guardia, "Se está abriendo un nuevo horizonte. Me alegra lo que está pasando."Aunque la Procuraduría General federal tuvo constancia de la denuncia de tortura de Ángel en 2009, no se hizo nada para investigarla. Además, no se respeto el debido proceso como los exámenes médicos forenses oficiales, que diagnostican si el detenido fue agredido físicamente.Amnistía Internacional pide al gobierno mexicano que, además de investigar las denuncias de tortura y garantizar que Ángel Colón puede interponer recursos efectivos y recibe reparación, revise el enfoque que aplica a los exámenes médico forenses de presuntas víctimas de tortura a fin de hacerlos totalmente compatibles con las normas internacionales establecidas en el Protocolo de Estambul de 1999.
Información complementariaAmnistía Internacional llevaba haciendo campaña para conseguir que Ángel Colón fuera puesto en libertad desde julio de 2014, cuando lo declaró preso de conciencia.El 4 de septiembre, la organización publicó un informe,
Fuera de control: Tortura y malos tratos en México, en el que señaló que las denuncias de tortura y otros malos tratos infligidos por agentes de policía y militares habían aumentado un 600 por ciento en un decenio.