Las autoridades mexicanas deben investigar urgentemente el atroz aumento de los ataques violentos contra migrantes indocumentados por parte de bandas delictivas, y deben proporcionar un refugio seguro a los supervivientes. Así lo ha manifestado Amnistía Internacional.
Más de 200 migrantes, entre ellos varios menores, fueron blanco de un brutal ataque, y varios murieron, a manos de grupos armados en dos ataques diferentes. Sigue sin conocerse el paradero de más de 130, lo que hace temer por su vida y su seguridad. "México se ha convertido en una trampa mortal para las personas migrantes, con crueles bandas delictivas en cada esquina aguardando su oportunidad de atacarlas por unos cuantos dólares, y con unas autoridades estatales y federales más ansiosas por expulsar a gente que por salvar vidas", ha manifestado Erika Guevara-Rosas, directora del Programa para América de Amnistía Internacional. "Muchas personas migrantes han muerto y han desaparecido en los últimos años cuando trataban de llegar a Estados Unidos; la única duda es cuántas vidas más tendrán que perderse antes de que las autoridades despierten y decidan actuar." El viernes, varios hombres armados con pistolas, escopetas y machetes atacaron a un grupo de un centenar de migrantes centroamericanos que viajaban en un tren de mercancías cerca de la localidad de Las Choapas, Veracruz, en el sur de México. Los hombres armados exigieron dinero al grupo, que viajaba hacia la frontera estadounidense, antes de atacarlo. Según las autoridades locales entrevistadas por Amnistía Internacional, sólo 44 personas, entre ellas cinco niños, lograron escapar y llegar a una localidad cercana. Las autoridades las llevaron a un centro de detención gestionado por las autoridades de inmigración federales, donde se han puesto en contacto con sus consulados para considerar sus opciones, que pueden incluir regresar a casa, obtener un visado humanitario para México o, en algunos casos, solicitar asilo. Un hombre tenía una herida grave de bala, y al menos otros dos habían recibido una fuerte paliza. Algunas de las personas migrantes están considerando la posibilidad de declarar ante las autoridades en relación con el ataque, pero otras tienen demasiado miedo para hacerlo. Mientras tanto, las autoridades no han dado información clara sobre las acciones emprendidas para buscar al resto del grupo o investigar el delito. En otro incidente diferente, el 2 de junio, unos hombres armados vestidos con ropas militares atacaron a un grupo de unos 120 migrantes centroamericanos en el estado de Sonora, en el norte de México. Los supervivientes dijeron a Amnistía Internacional que se dirigían a la frontera estadounidense cuando uno de los vehículos en los que viajaban se averió.Según su relato, entonces un grupo de hombres armados vestidos con ropas militares se les acercó y disparó contra ellos indiscriminadamente. Al menos 13 escaparon y consiguieron cruzar el desierto hasta llegar a un lugar seguro.
Amnistía Internacional ha entrevistado a algunos de estos supervivientes. Las autoridades los han detenido y han iniciado los procedimientos para devolverlos a su país, a petición de los propios migrantes, que vivieron una experiencia traumática. Dos días después del violento ataque, la Procuraduría General de Justicia del estado de Sonora dijo que había encontrado tres cadáveres y dos vehículos quemados en el lugar donde se produjo el ataque. Sin embargo, las investigaciones oficiales no han proporcionado datos sobre los responsables del ataque y sobre la suerte corrida por los supervivientes, muchos de los cuales siguen desaparecidos en el desierto o se teme que hayan sido secuestrados por las bandas delictivas. Según la información publicada en los últimos meses en los medios de comunicación nacionales, las autoridades de inmigración mexicanas han informado de que, de 2013 a 2014, las denuncias sobre secuestros de migrantes se multiplicaron por diez: de las 62 denuncias presentadas en 2013 a las 682 de 2014. "Las personas migrantes se ven obligadas a vivir en las sombras, y Amnistía Internacional ha documentado en el pasado una falta generalizada de investigación de los delitos cometidos contra ellas en México. Ante la posibilidad de que decenas de hombres, mujeres, niños y niñas estén perdidos en el desierto sin comida ni agua, o en manos de bandas delictivas, no hay tiempo que perder." "Las autoridades mexicanas deben empezar urgentemente a buscar a las personas migrantes en paradero desconocido, y deben garantizar la seguridad de las que han sido rescatadas. También deben iniciar una investigación urgente sobre la oleada de ataques a migrantes y asegurarse de que los responsables se enfrentan a la justicia. Cualquier otra cosa sólo servirá para poner a más migrantes en peligro", ha manifestado Erika Guevara Rosas. Además, Amnistía Internacional pide que los supervivientes de estos ataques reciban atención adecuada como víctimas de delitos graves, incluida atención psicológica y médica inmediata y la posibilidad de obtener un visado humanitario para permanecer en México mientras tramitan una denuncia penal.