Un nuevo informe de Amnistía Internacional revela la terrible magnitud de las muertes, lesiones y sufrimientos causados a la población civil atrapada en medio de la batalla por el oeste de Mosul El informe documenta cómo el grupo autodenominado Estado Islámico ha llevado a civiles de pueblos de alrededor a las zonas de combate del oeste de Mosul, los ha dejado atrapados dentro de sus hogares y les ha impedido escapar, a fin de utilizarlos como escudos humanos. Mientras tanto, las fuerzas iraquíes y de la coalición, en vez de tomar medidas adecuadas para proteger a la población civil, la han dejado expuesta a terribles ataques efectuados con armas que jamás deben ser utilizadas en zonas civiles densamente pobladas.
At any cost: The civilian catastrophe in West Mosul, Iraq, cubre las hostilidades que han tenido lugar en el oeste de Mosul desde enero hasta mediados de mayo de 2017. El equipo de investigación de Amnistía Internacional entrevistó a 151 personas, entre habitantes del oeste del Mosul, especialistas y analistas, y documentó 45 ataques en total, que mataron al menos a 426 civiles e hirieron a más de 100, lo que ha permitido analizar 9 ataques específicos de las fuerzas iraquíes y de la coalición dirigida por Estados Unidos.
“La magnitud y gravedad de la pérdida de vidas civiles que se ha producido en la operación de reconquista de Mosul deben reconocerse públicamente y de inmediato en los niveles superiores de los gobiernos de Irak y los Estados que forman parte de la coalición dirigida por Estados Unidos”, ha manifestado Lynn Maalouf, directora de Investigación de Amnistía Internacional para Oriente Medio.
“Los horrores que la población de Mosul ha visto y el desprecio por la vida humana de que han dado muestra todas las partes en el conflicto no deben quedar impunes. Han sido aniquiladas familias enteras, muchas de las cuales yacen todavía bajo los escombros. La población de Mosul merece saber, de boca de su gobierno, que habrá justicia y reparación, para abordar debidamente así los horrorosos efectos de esta operación.
“Debe establecerse de inmediato una comisión independiente, encargada de garantizar que se lleva a cabo una investigación efectiva de todo incidente sobre el que haya indicios creíbles de comisión de violaciones del derecho internacional y que se hacen públicos los resultados.”
Violaciones del derecho internacional cometidas por el Estado Islámico: desplazamiento forzado, ejecuciones sumarias y uso de escudos humanos
Desde octubre de 2016, el Estado Islámico llevó a cabo una campaña sistemática de desplazamiento forzado, en la que trasladó a miles de civiles de pueblos vecinos a zonas que estaban todavía bajo su control. Luego utilizó estos civiles como escudos humanos
“Abu Haidar”, habitante del pueblo de Tel Arbeed a quien el Estado Islámico había obligado a mudarse al oeste de Mosul, contó a Amnistía Internacional:
“[Los miembros del Estado Islámico] te decían que tenías que marcharte o te mataban. Nos trajeron para utilizarnos como escudos humanos. Nos trajeron para ponernos entre ellos y los misiles. Todo esto fue antes de que comenzara la operación por el oeste de Mosul [...] Cuando las fuerzas iraquíes avanzaron, el Estado Islámico retrocedió y se llevó a la mayoría de los civiles consigo"
Para impedir a los civiles evacuar las zonas en busca de seguridad, el Estado Islámico dejaba a la gente atrapada dentro de sus casas, soldándoles la puerta para que no pudieran abrir, poniendo armas trampa en las salidas y ejecutando sumariamente a centenares o, quizá, miles de personas que habían intentado escapar.
“Mohsen”, que vivía en Mosul, explicó a Amnistía Internacional: “Vinieron en una camioneta con un generador en la parte de atrás y soldaron la rendija que quedaba entre las dos puertas [...] Lo hicieron en nuestra puerta y, peor aún, en otra casa de nuestro barrio donde había centenares de personas.”
Otro hombre, “Hasan”, vio al Estado Islámico colgar de los postes eléctricos los cadáveres de civiles que habían intentado huir. Explicó: “No teníamos opción. Si te quedabas, morías en tu casa a causa de los combates. Si intentabas escapar, te atrapaban, te mataban y colgaban tu cadáver de un poste eléctrico como advertencia. A cuatro vecinos nuestros, los atraparon al intentar escapar, y vi colgarlos del poste eléctrico. Los dejaron días allí colgados. Colgaron a entre 15 y 50 personas de los postes.”
El miedo a que el Estado Islámico los matara al intentar huir hacía que muchos civiles esperaran hasta que los enfrentamientos alcanzaran su punto álgido. Cuando los combatientes de SI estaban ya centrados en la lucha, los civiles aprovechan para llegar directamente hasta las fuerzas iraquíes cruzando el frente.
Violaciones del derecho internacional cometidas por las fuerza iraquíes y la coalición dirigida por Estados Unidos: Ataques ilícitos y uso de armas explosivas y poco precisas
“Cuando llegaron las fuerzas iraquíes, llegaron con ellas los morteros y los misiles.” - Mohsen
Como el Estado Islámico obligaba a la población civil a trasladarse a las zonas de combate y la impedía escapar, las partes del oeste de Mosul bajo su control se fueron llenando cada vez más de civiles a medida que se intensificaba la batalla. Las fuerzas iraquíes y la coalición dirigida por Estados Unidos no adaptaron sus tácticas a este hecho y continuaron utilizando armas explosivas y poco precisas, con efectos en una amplia superficie, en entornos urbanos densamente poblados.
“El uso de personas como escudos humanos por parte del SI no exime en absoluto a las fuerzas partidarias del gobierno de la obligación jurídica de proteger a la población civil. Los encargados de planear las operaciones militares debían haber puesto especial cuidado al determinar el modo de utilizar las armas para garantizar que los ataques no eran ilícitos”, ha afirmado Lynn Maalouf.
Amnistía Internacional ha documentado una constante de ataques en los que parece que la coalición dirigida por Estados Unidos y las fuerzas iraquíes no alcanzaron los objetivos militares previstos, sino que mataron e hirieron a civiles y destruyeron o dañaron bienes civiles. En algunos casos, parece que las muertes y lesiones causadas a civiles fueron consecuencia de la elección de armas inapropiadas para esas circunstancias o al hecho de no haber tomado las precauciones necesarias para verificar si el blanco era un objetivo militar.
Incluso en ataques en los que parece que se alcanzó el objetivo militar previsto, el uso de armas al parecer innecesariamente potentes o la ausencia de las debidas precauciones causaron pérdidas innecesarias de vidas civiles. Por ejemplo, el 17 de marzo de 2017, un ataque aéreo estadounidense efectuado sobre el barrio de Al Yadida de Mosul con objeto de neutralizar a dos francotiradores del Estado Islámico mató al menos a 105 civiles. Con independencia de que, como sostuvo el Departamento de Defensa de Estados Unidos, se produjera una explosión secundaria, los responsables deberían haber sabido perfectamente que los riesgos que suponía para la población civil el uso de una bomba de más de 200 kilos eran claramente excesivos con respecto a la ventaja militar prevista.
Mohamed, vecino de Al Tenak, barrio del oeste de Mosul, contó a Amnistía Internacional: “Los ataques iban dirigidos contra los francotiradores del Estado Islámicos. Un ataque destruyó una casa de dos pisos entera. Bombardearon de noche y de día. Alcanzaron muchas casas. Daban en una casa y destruían también las dos casas de los lados. Mataron a muchísima gente.”
“Las fuerzas iraquíes y los miembros de la coalición dirigida por Estados Unidos deben garantizar que los combates contra el Estado Islámico –no sólo en la batalla por Mosul, sino también en todas las demás de Irak y Siria– se libran de manera coherente con el derecho y las normas internacionales. Los Estados que participan en esta batalla no deben centrarse sólo en su aspecto militar, sino que tienen también que desplegar conjuntamente los recursos necesarios para aliviar el sufrimiento increíble de la población civil atrapada en medio del conflicto y sometida a abusos por el Estados Islámico”, ha añadido Lynn Maalouf.