"A pesar de los avances económicos conseguidos por brasil en los últimos diez años, la violencia sigue siendo endémica y la respuesta que se le está dando en la actualidad no sólo no la reduce, sino que de hecho agrava la situación", ha dicho el secretario general de Amnistía Internacional, Salil Shetty, al término de su visita oficial al país.En la visita, que se hizo coincidir con el Día Internacional de los Pueblos Indígenas, se pusieron de manifiesto los problemas de seguridad pública en las favelas de Río de Janeiro y la difícil situación de los pueblos indígenas. También se examinaron los avances de Brasil -que albergará el próximo Mundial de fútbol y las Olimpiadas- en materia de derechos humanos.En las favelas, Salil Shetty se entrevistó con miembros de la comunidad que le dijeron que se sienten encarcelados en sus propias casas."Los residentes de Maré con los que hablamos temen tanto a los delincuentes que los atacan como a la policía que se supone que los protege", ha dicho Salil Shetty.Amnistía Internacional ha documentado un panorama de abusos de la policía, registros ilegales de domicilios, ejecuciones extrajudiciales y desapariciones forzadas en las favelas. Posteriormente, Salil Shetty se reunió en Brasilia con José Eduardo Cardoso, el ministro de Justicia, y tanto a él como a otros ministros les expresó sus motivos de preocupación e insistió para que se llevaran a cabo reformas urgentes.Atilla Roque, director de Amnistía Internacional en Brasil, acompañó al secretario general durante toda la visita.
"La inseguridad y las frustraciones de las personas que viven en las favelas está extendiéndose. Gente que se considera de clase media y que se ha echado a la calle en los últimos dos meses, en muchos casos por primera vez, está viendo el lado desagradable de una actuación policial no sometida a la supervisión civil", ha dicho Atilla Roque.Amnistía Internacional considera crítico que la actuación policial se someta a una reforma fundamental en Brasil. El primer paso para ello es establecer una supervisión civil independiente con facultades de investigación para crear rendición de cuentas.La delegación de Amnistía Internacional visitó también Mato Grosso do Sul, donde se reunió con indígenas que viven en el pueblo guaraní-kaiowá de Jaguapiru y en el asentamiento de Apikay, cerca de la ciudad de Dourados."Los reiterados retrasos de la demarcación de sus tierras están generando violencia, desalojos forzosos y otros abusos contra los derechos humanos", ha dicho Salil Shetty.El secretario general ha instado a las autoridades nacionales de Brasil a que asuman un papel de liderazgo en la protección de los derechos de los pueblos indígenas."Es importante que el gobierno rechace la falsa dicotomía entre desarrollo y derechos humanos. Brasil tiene el marco jurídico y los recursos económicos necesarios para garantizar los derechos de los pueblos indígenas. Ahora el gobierno debe demostrar que también tiene voluntad política", ha dicho Salil Shetty.La labor de Amnistía Internacional en Brasil tiene una larga historia. Ésta es la primera visita de alto nivel del secretario general desde que la organización abriera su oficina nacional en Río de Janeiro."El gobierno tiene derecho a estar orgulloso de muchos logros, especialmente la reducción de la pobreza y las desigualdades de renta, pero necesita abordar dos problemas muy graves: la violencia y la inseguridad. Las favelas y las comunidades indígenas no pueden ser zonas sin derechos humanos", ha dicho Salil Shetty.El secretario general estuvo acompañado por el director de Amnistía Internacional en Brasil, Atilla Roque, la directora general de Derecho Internacional y Política, Widney Brown, y la responsable de Comunicación de AI Brasil, Thais Herdy. Recientemente Amnistía Internacional ha comenzado a captar personas en Brasil para que se unan al movimiento de derechos humanos, con más de 3 millones de miembros en todo el mundo.