Cada año, varios israelíes menores de 20 años van a la cárcel por negarse, por motivos de conciencia, a servir en el ejército de su país.Natan Blanc, de 19 años, de Haifa, ha pasado por esto siete veces en cuatro meses.Este joven asegura que no participará en violaciones de derechos humanos cometidas contra palestinos en los Territorios Ocupados. Su primer encarcelamiento por negarse a acatar la llamada a filas tuvo lugar el pasado noviembre.Hasta el momento ha cumplido 116 días de prisión. Cada pocas semanas, sale en libertad, y luego es juzgado y encarcelado de nuevo tras repetir su negativa a unirse al ejército. Su liberación más reciente tuvo lugar el 19 de marzo, tras permanecer 20 días recluido en la Prisión Militar 6, en el norte de Israel.El 21 de marzo compareció ante el Comité de "Evaluación de la Aptitud" de las Fuerzas de Defensa de Israel, que puede eximir a las personas del reclutamiento si las considera no aptas para el servicio.Ayer, el Comité le comunicó que debe servir en el ejército, por lo que Natan Blanc parece predestinado a volver a prisión cuando concluya la festividad de la Pascua judía, el mes que viene.Poco antes de empezar a cumplir su sexta pena de prisión, a principios de febrero, Natan Blanc habló con Amnistía Internacional sobre su motivación para objetar al servicio militar."En el Israel actual existe el apartheid", dijo."Nadie habla de conceder a los palestinos igualdad de derechos, ni siquiera el derecho al voto. No quiero formar parte de esta situación [ …]. Quiero poder defender mis actos y no hacer cosas contrarias a mi conciencia."Amnistía Internacional pide a las autoridades israelíes que acepten la objeción de conciencia de Natan Blanc y dejen de encarcelarlo por sus creencias.Según afirma, Natan Blanc empezó a poner en duda el reclutamiento hace cuatro años, cuando tenía sólo 15, durante la invasión de Gaza por parte de Israel en la "Operación Plomo Fundido"."La oleada de militarismo agresivo que barrió el país en aquel entonces, las expresiones de odio mutuo y la vana retórica sobre erradicar el terror y crear un efecto disuasorio fueron los principales detonantes de mi negativa", explicó.Al concluir el conflicto de 2008-2009, cientos de palestinos y tres civiles israelíes habían muerto, y Gaza estaba en ruinas.Tras la "Operación Plomo Fundido", al menos nueve israelíes menores de 20 años fueron encarcelados en 2009 por ser objetores de conciencia: una cifra más alta de lo habitual.Cuatro años después, Israel no ha llevado a cabo una investigación exhaustiva e independiente sobre los crímenes de guerra cometidos durante la "Operación Plomo Fundido", y hasta el momento no hay nada que indique que las denuncias de violaciones del derecho internacional cometidas durante el conflicto de noviembre de 2012 con Gaza se investigarán de manera independiente e imparcial.Natan Blanc cree que "al gobierno de Netanyahu [ …] no le interesa encontrar una solución a la situación actual"."Nosotros, como ciudadanos y seres humanos, tenemos el deber moral de negarnos a participar en este juego cínico."Muchos jóvenes israelíes evitan ser reclutados alegando motivos mentales o físicos, o motivos religiosos.El octubre de 2012, Omar Sa'ad, de 17 años, druso de Galilea, se negó, en una carta abierta al primer ministro y al ministro de Defensa, a someterse a examen médico, el procedimiento habitual para ser considerado no apto para servir en el ejército israelí.En la carta decía: "Me niego porque soy un hombre de paz y odio todas las formas de violencia, y la institución militar representa para mí el exponente máximo de violencia física y psicológica".Podría ser detenido en cualquier momento y ser conducido a la base de iniciación para ser sometido al examen médico.Noam Gur fue encarcelada el pasado abril, a los 18 años, tras manifestar su negativa "[ …] a unirme a un ejército que, desde que se estableció, se ha dedicado a dominar a otra nación, a saquear y aterrorizar a una población civil a la que tiene bajo su control".Esta joven cumplió dos penas de prisión antes de ser eximida del servicio militar.A menos que el ejército acceda a licenciar a Natan Blanc, el número de veces que éste puede ser juzgado es técnicamente ilimitado."Creo que los juicios repetidos son una manera pésima de manejar la situación", dijo a Amnistía Internacional.En 2003, el Grupo de Trabajo de la ONU sobre la Detención Arbitraria concluyó que, al condenar repetidamente a personas sobre la base de su objeción de conciencia, Israel estaba de hecho castigándolas por el mismo delito una y otra vez, y por tanto violando los derechos que amparan a estas personas en virtud de las normas internacionales de derechos humanos que prohíben procesar a una persona más de una vez por un mismo delito."Si alguien comete un crimen, sabe durante cuánto tiempo va a estar en la cárcel [...]. En una sociedad civilizada, sólo me habrían juzgado una vez y ya está, aunque me hubieran condenado a una pena de prisión más larga."Un "comité de conciencia" dirigido por el ejército decide las exenciones de los objetores de conciencia, pero normalmente esas objeciones sólo se admiten cuando son por motivos religiosos.La ley israelí permite eximir a pacifistas, pero el comité de conciencia suele rechazar sus casos.Amnistía Internacional considera que el gobierno israelí debe establecer un órgano totalmente independiente e imparcial para evaluar las objeciones de conciencia de manera justa y transparente.Al fin y al cabo, el derecho a objetar al servicio militar por motivos de conciencia es un derecho protegido por el derecho internacional de los derechos humanos.