Foto: Albert Gonzalez Farran (ONU)
Casi medio millón de personas se vieron obligadas a abandonar sus hogares a lo largo del año pasado mientras se intensificaba la violencia en la región asolada por la guerra de Darfur, ha manifestado Amnistía Internacional en un informe publicado hoy.En su informe, "We can't endure any more": attacks against civilians in Central Darfur, la organización documenta ataques deliberados contra civiles, acompañados de saqueos, violaciones y asesinatos. Incluye en él el testimonio directo de numerosas víctimas recientes del conflicto de Darfur, que dura ya 11 años."Los ataques deliberados, efectuados en zonas civiles con el fin de matar y herir, constituyen un crimen de guerra y son muestra de falta de respeto por los principios más básicos del derecho internacional humanitario", ha señalado Michelle Kagari, directora adjunta de Amnistía Internacional para África oriental.El informe documenta cómo los combates entre dos tribus del centro de Darfur, los salamat y los misseriya, han dejado sin hogar a comunidades enteras y se han cobrado decenas de muertos y heridos. Amnistía Internacional ha determinado que ambos bandos han atacado deliberadamente a la población civil.Testigos presenciales describen grandes ataques de milicias, incluidos miembros de fuerzas paramilitares sudanesas, dirigidos específicamente contra civiles en la localidad de Um Dujun y sus alrededores, en el centro de Darfur."Rodearon el pueblo de 30 a 50 vehículos y muchos caballos. Dispararon contra la gente. Fueron a las tiendas y lo robaron todo -contó un sheij de Kabar a Amnistía Internacional-. Los que vinieron llevaban [...] uniformes de la policía y las Fuerzas de Defensa Popular. Vinieron en vehículos todoterreno cubiertos de barro". "Empezaron a disparar a todo el mundo: niños, mujeres, ancianos. Gritaban: 'Sois esclavos. Esta es nuestra tierra, no una tierra de esclavos, y mataremos a todos'.""Las autoridades sudanesas deben poner freno de inmediato a las fueras paramilitares, realizar con prontitud una investigación independiente sobre los ataques contra civiles y hacer rendir cuentas a los responsables de abusos", ha manifestado Michelle Kagari.Tras la secesión de Sudán del Sur en 2011, Sudán perdió la mayor parte de los ingresos derivados del petróleo, y su economía se ha deteriorado. El aumento de la inflación y el desempleo han intensificado la competencia por la tierra y los recursos, dando lugar a violencia en gran escala entre comunidades.Más de un decenio después del inicio del conflicto de Darfur, la situación de los derechos humanos en esta región del oeste de Sudán sigue siendo terrible. La población civil continúa siendo la principal víctima de los abusos y violaciones de derechos humanos de los grupos armados y las fuerzas del gobierno."La impunidad imperante en Darfur hace posible que los autores de abusos contra los derechos humanos no vean razón para dejar de cometerlos y anima a otros a perpetrar abusos similares", ha añadido Michelle Kagari."La comunidad internacional debe intensificar sus esfuerzos por garantizar la rendición de cuentas y no dejar que sea la población civil de Darfur la principal víctima de esta espiral incesante de violencia."