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En 2008 Teodora del Carmen Vásquez fue condenada en El Salvador a 30 años de prisión por homicidio agravado, tras dar a luz a un bebé muerto. Comenzó a sentir fuertes dolores y llamó a los servicios de emergencia pero rompió aguas poco después. Cuando dio a luz estaba inconsciente. Al recuperar el conocimiento, sangraba profusamente y el bebé estaba muerto. La policía la esposó y la detuvo como presunta autora de un asesinato, y sólo después la llevaron al hospital.Teodora no pudo asistir a los controles médicos durante el embarazo debido a su falta de recursos econo?micos y a jornadas laborales de 6 de la mañana a 9 de la noche."Cuando el niño llegó [a la prisión] por primera vez, afuera le dije que fuera valiente, que no fuera a llorar, que la apoyara. No había cumplido los 4 años todavía... Al salir de la cárcel fue duro; se colgó de ella. 'Mamita te llevo', le dijo, '¿por qué no te hacés una palomita, y salís, y te vas con nosotros? No quiero dejarte aquí'.María, Madre de TeodoraEn El Salvador, las mujeres que sufren abortos espontáneos o dan a luz un hijo muerto son automáticamente sospechosas de haberse sometido a un aborto, que es considerado delito en cualquier circunstancia, incluso en casos de violación, incesto y riesgo para la vida de la embarazada. El juicio de Teodora estuvo plagado de irregularidades. Se presumió su culpabilidad y, al proceder de una familia pobre, no pudo pagar una buena defensa. Ahora su única opción es apelar para que se modifique su condena y sea puesta en libertad.El hijo de Teodora, que ahora tiene 12 años, la visita en la cárcel una vez al año. La detención de una madre implica el castigo de los hijos e hijas. La forma en que viven cada etapa del proceso penal puede afectarlos para el resto de sus vidas.Pide al ministro de Justicia de El Salvador que ponga en libertad inmediatamente a Teodora.