El mundo está sufriendo las terribles consecuencias de la retórica del odio, que amenaza con normalizar la discriminación en gran escala de los grupos marginados, ha advertido Amnistía Internacional hoy, al presentar su valoración anual de la situación de los derechos humanos.

El año pasado, con el mundo sumido en crisis, líderes prominentes nos ofrecieron la visión dantesca de una sociedad cegada por el odio y el miedo. Esta situación envalentonó a quienes promueven la intolerancia, pero motivó a muchas más personas para luchar por un futuro más esperanzador. Salil Shetty, secretario general de Amnistía Internacional

No obstante, la organización ha visto que existe un creciente movimiento de activistas, tanto noveles como avezados, cuya labor de campaña por la justicia social permite en verdad abrigar la esperanza de invertir la tendencia a la opresión.

El su informe La situación de los derechos humanos en el mundo, que abarca 159 países, Amnistía Internacional presenta un análisis especialmente exhaustivo del estado actual de los derechos humanos en el mundo.

“La clara medida de odio que adoptó el gobierno de Estados Unidos en enero, cuando prohibió la entrada de las personas procedentes de varios países de mayoría musulmana, preparó el terreno para un año en el que quienes ejercían el liderazgo llevaron la política del odio hasta sus últimas y más peligrosas consecuencias”, añade Salil Shetty.

“Vimos claramente a qué extremos puede llegar una sociedad a la que se insta a odiar a las minorías, a utilizarlas como chivo expiatorio y a temerlas en la terrible campaña militar de limpieza étnica llevada a cabo contra el pueblo rohingya en Myanmar”, explica Salil Shetty.

Con su abandono de los derechos humanos, quienes ejercen el liderazgo en el mundo provocan movimientos de protesta a escala mundial

“Ahora se ciernen sobre los asuntos del mundo los fantasmas del odio y el miedo, y son pocos los gobiernos que salen en defensa de los derechos humanos en estos tiempos de inquietud. En cambio, vemos a líderes como Al Sisi, Duterte, Maduro, Putin, Trump y Xi que menoscaban sin piedad los derechos de millones de personas”, afirma Salil Shetty.

“La débil respuesta dada a los crímenes de guerra y de lesa humanidad desde Myanmar hasta Irak, Sudán del Sur, Siria y Yemen ha puesto de relieve la falta de liderazgo en materia de derechos humanos. Los gobiernos están haciendo retroceder a situaciones propias de hace decenios garantías de protección que ha costado mucho conseguir.”

Entre los signos de regresión mencionados en el informe figuran las medidas de represión del derecho de protesta en Francia y los intentos de reducir los derechos de las mujeres, observados desde Estados Unidos hasta Rusia y Polonia.

Con la presentación del informe en Washington D.C., Amnistía Internacional quiere advertir de que los retrocesos del presidente Trump en materia de derechos humanos están sentando un peligroso precedente para otros gobiernos.

“Pero los defensores y defensoras de los derechos humanos de todo el mundo pueden esperar el apoyo de la gente de Estados Unidos, incluso allí donde el gobierno estadounidense ha fallado. Mientras el presidente Trump toma medidas que violan los derechos humanos dentro y fuera de Estados Unidos, activistas de todo el país nos recuerdan que es en sus comunidades donde la gente ha librado y ha ganado siempre la lucha por los derechos humanos universales”, señala Margaret Huang, directora ejecutiva de Amnistía Internacional Estados Unidos.

Las políticas regresivas han impulsado a numerosas personas a sumarse a luchas que vienen librándose desde hace tiempo, y en el informe se detallan muchas victorias importantes que el activismo por los derechos humanos ha contribuido a lograr. Entre ellas figura el levantamiento de la prohibición total del aborto en Chile, el avance hacia el matrimonio igualitario en Taiwán y el logro de una victoria histórica contra los desalojos forzosos en Abuya (Nigeria).

Una enorme Marcha de las Mujeres centrada en Estados Unidos y con ramificaciones en todo el mundo puso de manifiesto la creciente influencia de los nuevos movimientos sociales, al igual que lo hicieron el fenómeno #YoTambién y la iniciativa “Ni Una Menos” de Latinoamérica al denunciar la violencia contra las mujeres.

“El espíritu indomable de las mujeres al frente de poderosos movimientos de derechos humanos nos recuerda que el deseo de igualdad, dignidad y justicia no se extinguirá jamás. El auge de los movimientos de protesta es palpable en todo el mundo. Si los gobiernos se oponen a ellos, verán menoscabada su legitimidad”, advierte Salil Shetty.

Palabras clave
COMPARTE