Ante la noticia de que el Tribunal Supremo de Camboya ha confirmado hoy la sentencia condenatoria y la pena de 30 años de prisión impuestas a la defensora del derecho a la tierra Tep Vanny, James Gomez, director de Amnistía Internacional para el Sudeste Asiático y Oceanía, ha declarado:
"Con la sentencia de hoy, el poder judicial de Camboya ha demostrado una vez más que no puede actuar de forma independiente sino que decide hacer lo que manda el gobierno. Tep Vanny es una valiente activista social que no ha hecho más que defender pacíficamente a su comunidad. Debe ser puesta en libertad de inmediato e incondicionalmente, no ser obligada a pasar dos años y medio en la cárcel.
“Las actuaciones penales seguidas contra Tep Vanny han sido profundamente deficientes desde el principio. Tep Vanny se ha convertido en un símbolo de la lucha por la justicia en Camboya y las autoridades están decididas a sacarla de las calles del país por todos los medios.
"La sentencia de hoy no es más que la punta del iceberg. En el último año, el gobierno camboyano y el primer ministro Hun Sen han intensificado una preocupante represión de cualquier forma de disidencia. El mundo debe abrir los ojos ante lo que está pasando en Camboya y presionar al gobierno para que cambie de rumbo, abandonando la represión y yendo hacia el respeto a los derechos humanos, especialmente cuando se acercan las elecciones generales de julio".
Información complementaria
El 23 de febrero de 2017, el Juzgado de Primera Instancia de Phnom Penh declaró a Tep Vanny culpable de "actos deliberados de violencia con circunstancias agravantes" en aplicación del artículo 218 del Código Penal de Camboya y la condenó a dos años y seis meses de prisión debido a su participación pacífica en una protesta celebrada en mazo de 2013 frente al domicilio del primer ministro Hun Sen para pedir la libertad de uno de los miembros de la comunidad del lago Boeung Kak detenidos arbitrariamente.
Además, Tep Vanny fue condenada al pago de una multa de cinco millones de rieles camboyanos (alrededor de 1.250 dólares estadounidenses), así como al de una indemnización a los demandantes, miembros ambos de las fuerzas parapoliciales del distrito de Daun Penh de Phnom Penh: cuatro millones de rieles (unos 1.000 dólares) al primero y cinco millones al segundo. El día del juicio, las fuerzas parapoliciales hicieron uso de fuerza innecesaria contra las personas que habían acudido frente al tribunal a mostrar pacíficamente su solidaridad con Tep Vanny.
El 27 de julio de 2017, el Tribunal de Apelación de Phnom Penh vio su recurso y confirmó tanto la declaración de culpabilidad como la condena de prisión.
Tep Vanny es una presa de conciencia que lleva a día de hoy 541 días en detención arbitraria.