Israel está perpetrando agresiones criminales contra manifestantes palestinos, a quienes sus fuerzas armadas matan y mutilan a pesar de que no representan ninguna amenaza para ellas. Así lo ha indicado Amnistía Internacional hoy, basándose en su investigación más reciente, mientras continúan en la Franja de Gaza las protestas de la “Gran Marcha del Retorno”.
El ejército israelí ha matado a 35 palestinos y herido a más de 5.500 –en algunos casos causándoles lesiones aparentemente intencionadas que les cambiarán la vida– en las protestas que tienen lugar todos los viernes desde el 30 de marzo.
Amnistía Internacional ha reiterado su llamamiento a los gobiernos de todo el mundo para que impongan un embargo integral de armas a Israel tras su desproporcionada respuesta a las manifestaciones multitudinarias que se celebran a lo largo de la valla que separa la Franja de Gaza de Israel.
“Durante cuatro semanas, el mundo ha visto con horror cómo francotiradores y otros soldados israelíes apostados al otro lado de la valla y con equipos completos de protección han atacado a manifestantes palestinos con munición real y gas lacrimógeno. A pesar de la condena internacional, el ejército israelí no ha anulado la orden ilegal de disparar contra manifestantes desarmados”, ha afirmado Magdalena Mughrabi, director regional adjunta de Amnistía Internacional para Oriente Medio y el Norte de África.
“Se ha acabado ya el tiempo de las manifestaciones simbólicas de condena. La comunidad internacional debe tomar medidas concretas para detener el envío de armas y material militar a Israel. No hacerlo supondrá permitir que se siga sometiendo a graves abusos contra los derechos humanos a los millares de hombres, mujeres, niñas y niños que sufren las consecuencias de la vida bajo el cruel bloqueo israelí de Gaza. Esta personas no hacen más que protestar por sus insoportables condiciones de vida y exigir el derecho a regresar a sus hogares y ciudades en lo es ahora Israel.
Estados Unidos es con diferencia el principal proveedor de tecnología y material militar a Israel, al que se ha comprometido a proporcionar ayuda militar por valor de 38.000 millones de dólares en los próximos 10 años. Pero hay otros países –entre ellos Estados miembros de la UE como Francia, Alemania, Reino Unido e Italia– que han concedido licencias para grandes cantidades de material militar destinado a Israel.
En la mayoría de los casos mortales que Amnistía Internacional ha analizado, se disparó a las víctimas en la parte superior del cuerpo, incluidos la cabeza y el pecho, y en ocasiones por la espalda. Hay testimonios de testigos y material fotográfico y de vídeo que indican que a muchas personas las mataron o hirieron deliberadamente, sin que representaran ninguna amenaza inmediata para los soldados israelíes.
Entre las víctimas se encuentra Mohammad Khalil Obeid, futbolista de 23 años a quien dispararon en ambas rodillas cuando se graba a sí mismo de espaldas a la valla fronteriza en una protesta que tuvo lugar al este del campo de Al Breij el 30 de marzo.
El vídeo, publicado en las redes sociales, muestra el momento en que dispararon contra él. Se lo ve de pie en una zona aislada, lejos de la valla, y sin que parezca representar ninguna amenaza para la vida de los soldados israelíes. Ahora necesita una operación de reemplazo de rodilla para poder caminar de nuevo.
“Mi vida de jugador palestino está destrozada [...] Soñaba con jugar al fútbol en el extranjero y en izar la bandera palestina [para demostrar] que no somos terroristas”, ha explicado a Amnistía Internacional.
“Queríamos transmitir nuestro mensaje a todas las organizaciones, países y jefes de Estado para que vieran lo que nos está pasando, porque nadie aceptaría esto en ningún lugar del mundo.”
Los médicos de los hospitales de Shifa y Europeo de la ciudad de Gaza han dicho a Amnistía Internacional que muchas de las heridas graves que han visto están en las extremidades inferiores, incluidas las rodillas, y son típicas heridas de guerra que no veían desde el conflicto de Gaza de 2014.
Muchas personas han sufrido daños graves de tejido y hueso, así como grandes heridas de salida del proyectil de entre10 y 15 milímetros, y probablemente tengan más complicaciones, infecciones y alguna forma de discapacidad, como parálisis o amputación. La información sobre el elevado número de heridas en las rodillas, que aumentan las probabilidades de fragmentación del proyectil, es especialmente preocupante. Si es cierta, indicaría que el ejército israelí, procura causar intencionadamente lesiones que cambien la vida de la persona herida.
Los médicos han dicho también que han observado otros tipos de heridas devastadoras, caracterizadas por grandes cavidades internas y plástico depositado en el interior del cuerpo, pero sin heridas de salida.
En opinión de expertos militares y de un perito patólogo que ha examinado las fotografías de heridas conseguidas por Amnistía Internacional, muchas de las heridas observadas por los médicos de Gaza coinciden con la que causan los fusiles Tavor de alta velocidad de fabricación israelí, que utilizan munición militar de 5,56 mm. Otras heridas llevan el sello distintivo de los fusiles de francotirador Remington M24 de fabricación estadounidense, cuya munición de caza de 7,62 mm se expande y se esparce dentro del cuerpo.
Según una declaración reciente de Médecins Sans Frontières, la mitad de las más de 500 personas ingresadas en sus centros médicos fueron atendidas de heridas “en las que la bala había destruido literalmente el tejido tras pulverizar el hueso”. Esta información ha sido confirmada por ONG humanitarias, así como por testimonios de médicos recabados por grupos palestinos de derechos humanos en Gaza.
“La naturaleza de estas heridas muestra que los soldados israelíes están utilizando armas militares de alta velocidad concebidas para causar el máximo daño posible contra manifestantes palestinos que no representan ninguna amenaza inminente para ellos. Estos intentos aparentemente deliberados de matar y mutilar son muy preocupantes, y huelga decir que completamente ilegales. Algunos de estos casos parecen constituir homicidios intencionales, graves infracciones de los Convenios de Ginebra y crímenes de guerra”, ha añadido Magdalena Mughrabi.
“Si Israel no garantiza investigaciones efectivas e independientes, que den lugar al procesamiento penal de los responsables, la Corte Penal Internacional debe abrir una investigación formal sobre estos homicidios y lesiones graves en tanto que posibles crímenes de guerra y garantizar que los autores quedan disposición judicial.”
Según el Ministerio de Salud de Gaza, a fecha de 26 de abril se calcula que el número total de personas heridas asciende a 5.511 – 592 niños y niñas, 192 mujeres y 4.727 hombres–, habiendo sido causadas por munición real 1.738 heridas. Aproximadamente la mitad de las personas ingresadas en hospitales presentaban heridas en las piernas y las rodillas, mientras que 225 tenían heridas en el cuello y la cabeza, a otras 142 les habían disparado en el abdomen y la pelvis 15 tenían heridas en el pecho y la espalda. Hasta ahora se han practicado como consecuencias de las heridas18 amputaciones.
Entres las personas muertas por heridas sufridas en las protestas figuran cuatro menores de entre 14 y 17 años. También han muerto por disparos dos periodistas, a pesar de que llevaban chalecos protectores que los identificaban claramente como miembros de la prensa, y varios más han resultado heridos.
Los hospitales de Gaza apenas pueden ocuparse del gran número de víctimas debido a la falta de material médico, electricidad y combustible provocada por el bloqueo israelí y agravada por las divisiones entre palestinos. Mientras tanto, Israel retrasa o impide el traslado de algunas personas que necesitan con urgencia atención médica especializada disponible en otras partes de los Territorios Palestinos Ocupados, debido a su participación en las protestas.
Un caso documentado por Amnistía Internacional es el del periodista de 20 años Yousef al-Kronz, a quien amputaron la pierna izquierda tras denegarle las autoridades israelíes el permiso para viajar a Ramala, en el territorio ocupado de Cisjordania, a fin de recibir atención médica urgente. Al final le permitieron salir para someterse a una operación y salvar la otra pierna gracias a la intervención de grupos de derechos humanos que acudieron a los tribunales.
Personal de urgencias médicas de Gaza ha contado a Amnistía Internacional lo difícil que resulta evacuar a los manifestantes heridos debido a los botes de gas lacrimógeno que el ejército israelí dispara contra él y contra los hospitales de campaña.
Los organizadores de la “Gran Marcha del Retorno” han manifestado reiteradamente que la intención es que las protestas sean pacíficas y que consisten en gran medida en sentadas, conciertos, juegos deportivos, discursos y otras actividades pacíficas.
A pesar de ello, el ejército israelí ha reforzado a sus efectivos, desplegando tanques, vehículos militares, soldados y francotiradores a lo largo de la valla de Gaza, y ha dado la orden de dispar contra cualquiera que se acerque a menos de varios centenares de metros de la valla.
Aunque algunos manifestantes han intentado aproximarse a la valla, arrojado piedras en dirección a los soldados israelíes o quemado neumáticos, vídeos publicados en las redes sociales, así como testimonios de testigos recabados por Amnistía Internacional y por grupos palestinos e israelíes de derechos humanos, muestran que los soldados israelíes han disparado contra manifestantes desarmados, simples espectadores, periodistas y personal médico que se encontraban a entre 150 y 400 metros, aproximadamente, de la valla, distancia desde la que no representaban ninguna amenaza.
En una petición elevada al Tribunal Supremo de Israel para que ordenara al ejército israelí dejar de utilizar munición real para dispersar las manifestaciones, los grupos de derechos humanos Adalah y Al Mezan presentaron 12 vídeos publicados en las redes sociales, en los que se veía al ejercito israelí disparar contra manifestantes desarmados, incluidos niños y niñas y mujeres En algunos casos se disparó contra las personas cuando ondeaban la bandera palestina o se apartaban corriendo de la valla.
Un vídeo que ha circulado ampliamente en las redes sociales muestra a Abd Al-Fattah Abd Al-Nabi, de 19 años, cuando disparan contra él, el 30 de marzo, en el momento en que se aleja corriendo de la valla, sosteniendo un neumático, de espaldas a los soldados israelíes. Murió en el acto al recibir un disparo en la nuca. El viernes 20 de abril murió, a causa también de una herida de bala en la nuca, Mohammad Ayyoub, de 14 años.
A lo largo de los últimos 11 años, la población civil de la Franja de Gaza ha sufrido las devastadoras consecuencias del bloqueo ilegal de Israel, además de tres guerras. Debido a ello, la economía gazatí se ha reducido extremadamente, hasta el punto de que la población depende casi por completo de la ayuda internacional. Gaza tiene ya uno de los índices de desempleo más altos de mundo, del 44%. Cuatro años después del conflicto de 2014 hay aún unas 22.000 personas desplazadas.
En enero de 2015, la Fiscalía de la Corte Penal Internacional inició un examen preliminar de la situación en los Territorios Palestinos Ocupados, centrado concretamente en los presuntos crímenes cometidos desde del 13 de junio de 2014.
Amnistía Internacional ha pedido a todos los Estados que impongan un embargo integral de armas a Israel, así como a los grupos armados palestinos, con el fin de impedir las violaciones del derecho internacional humanitario y de los derechos humanos cometidas por todos los bandos.
Desde el 30 de marzo, además de los manifestantes han muerto otros siete palestinos por ataques aéreos, fuego de artillería o disparos con munición real israelíes, entre ellos un campesino que estaba cultivando sus tierras cerca de la valla, y seis miembros de grupos armados palestinos.