El aumento exponencial del número de muertes en Líbano durante los últimos tres días, en plena escalada de las hostilidades entre Israel y Hezbolá es un recordatorio de la necesidad crucial de que todas las partes en el conflicto cumplan con sus obligaciones en virtud del derecho internacional humanitario. Así lo ha manifestado hoy Amnistía Internacional.

Únicamente el lunes 23 de septiembre, al menos 558 personas, entre ellas 50 niños y niñas y 94 mujeres, murieron y más de 1.800 resultaron heridas por ataques israelíes en Líbano, según el Ministerio de Salud libanés, cuando Israel anunció el comienzo de la Operación Flechas del Norte. Desde entonces, decenas más han muerto. Los ataques de Hezbolá contra Israel también se han intensificado notablemente y, según la información publicada en los medios de comunicación israelíes, al menos 15 personas han resultado heridas, la mayoría por metralla o escombros, y otras mientras trataban de ponerse a salvo.

“El lunes 23 de septiembre, Líbano sufrió su día más mortífero desde el final de la guerra civil en el país en 1990. Nos alarma enormemente la impresionante cifra de muertes en un solo día, que continúa aumentando, y el devastador impacto en la población civil, con casi 500.000 personas desplazadas del sur de Líbano, de la Bekaa y de otras regiones que han sido objeto de intensos bombardeos. En el norte de Israel, a causa de los ataques de Líbano, unas 63.000 personas han tenido que desplazarse desde el pasado octubre. Mientras Israel sigue intensificando y ampliando sus bombardeos, y Hezbolá sigue lanzando ataques contra Israel, todas las partes en el conflicto deben respetar el derecho internacional humanitario y tomar todas las precauciones factibles para proteger las vidas civiles”, ha manifestado Erika Guevara Rosas, directora general de Investigación, Trabajo de Incidencia, Política y Campañas de Amnistía Internacional.

“En el pasado, los conflictos entre Israel y Hezbolá se han caracterizado por violaciones graves del derecho internacional humanitario. Esto suscita honda preocupación por la posibilidad de que la actual escalada de las hostilidades provoque de nuevo inevitablemente muertes civiles, heridas y destrucción generalizada en Líbano e Israel. Instamos a todos los Estados a detener todas las transferencias de armas y otras formas de ayuda militar a Israel y Hezbolá debido al importante riesgo de que estas armas puedan ser utilizadas para cometer o facilitar violaciones graves del derecho internacional humanitario, incluidos crímenes de guerra.”

Desde octubre de 2023, Hezbolá e Israel han mantenido hostilidades, en su mayoría limitadas al sur de Líbano y el norte de Israel.  A 10 de septiembre, la cifra total de muertes en Líbano debidas a ataques israelíes alcanzaba las 589, mientras que, a 19 de septiembre, la cifra de muertes en Israel causada por ataques de Hezbolá ascendía a 34. Otras 12 personas murieron en los Altos del Golán ocupados. Por tanto, el incremento del número de muertes en Líbano en los últimos tres días es exponencial.

Durante el conflicto de 34 días entre Israel y Hezbolá en 2006, la cifra de muertes fue de 1.100 en Líbano y 43 en Israel. Las investigaciones de Amnistía Internacional revelaron que, durante el conflicto, las fuerzas israelíes habían llevado a cabo ataques indiscriminados y desproporcionados en gran escala, incluida la destrucción masiva de infraestructura civil. Las investigaciones también concluyeron que Hezbolá había llevado a cabo ataques directos e indiscriminados contra civiles, y parecía no haber tomado las precauciones necesarias para proteger a la población civil de Líbano de los efectos de los ataques israelíes.

Muchas de las zonas alcanzadas por los ataques de Israel en los últimos días eran zonas residenciales muy pobladas, según los vídeos examinados por Amnistía Internacional. El ministro de Salud libanés ha declarado que también se ha disparado contra instalaciones y personal médicos: 4 médicos han muerto y al menos 16 han resultado heridos.

El respeto del derecho internacional humanitario requiere garantizar que sólo se atacan objetivos militares, evitar los ataques indiscriminados o desproporcionados y los ataques directos contra personas o bienes civiles, y tomar todas las precauciones factibles para minimizar el daño a las personas y las infraestructuras civiles. El uso de armas explosivas con efectos en una amplia superficie en las inmediaciones de zonas residenciales densamente pobladas es probable que viole la prohibición de los ataques indiscriminados, y también puede dar lugar a ataques desproporcionados.

El 25 de septiembre, el portavoz del ejército israelí emitió una advertencia pública en árabe, en la que aconsejaba a la población que no regresara a sus hogares “hasta nuevo aviso” y declaraba que “los ataques aéreos continúan”. Estas advertencias no eximen a Israel de su responsabilidad, en virtud del derecho internacional humanitario, de distinguir entre objetivos militares y civiles, y de tomar todas las precauciones factibles para minimizar el daño a la población civil. Según el derecho internacional, una advertencia debe garantizar que se concede tiempo suficiente. Aun así, los llamamientos a la evacuación no convierten las zonas afectadas en zonas libres de fuego”, ha declarado Erika Guevara Rosas.

“La implacable matanza de Israel en Gaza ya ha causado la muerte de más de 42.000 palestinos y palestinas en el último año. El último ataque contra Líbano ha traído una nueva oleada de horror a la región en general. Las autoridades israelíes, Hezbolá y otros grupos armados deben reconocer que las reglas del derecho internacional humanitario se aplican en todas las circunstancias, sean cuales sean las razones del conflicto. Nada puede disculpar los homicidios ilegítimos y las heridas a civiles.”

Información complementaria

La Operación Flechas del Norte lanzada por Israel comenzó el 23 de septiembre. Durante el primer día, las fuerzas israelíes llevaron a cabo al menos 1.600 ataques en zonas de todo Líbano. Hezbolá también disparó más de 200 cohetes hacia Israel.

Hezbolá e Israel mantienen hostilidades constantes a través de la frontera desde que el grupo lanzó ataques contra el norte de Israel tras el inicio, en octubre de 2023, de la ofensiva israelí en la Franja de Gaza ocupada. A 10 de septiembre de 2024, los ataques israelíes lanzados contra el sur de Líbano y la Bekaa desde el 7 de octubre de 2023 habían matado al menos a 137 civiles, según el Ministerio de Salud libanés y las Naciones Unidas. Cientos de miles de personas han tenido que desplazarse del sur de Líbano, la Bekaa y otras zonas a causa de las constantes hostilidades; la mayoría han huido de los últimos ataques.

Según las autoridades israelíes, en ese mismo periodo, Hezbolá y otros grupos armados han disparado proyectiles contra el norte de Israel y han causado la muerte de 14 civiles en Israel. El 27 de julio, 12 civiles, todos ellos menores de edad, murieron en un ataque contra Majdal Shams, en los Altos del Golán ocupados. Desde el 8 de octubre, han sido evacuadas en torno a 63.000 personas residentes del norte de Israel.