Ante la noticia de que Israel ha interceptado el barco Madleen, de la Flotilla de la Libertad, y detenido a las 12 personas que viajaban a bordo de él —entre ellas la activista Greta Thunberg, nombrada por Amnistía Internacional Embajadora de Conciencia— que intentaban romper el bloqueo ilegal israelí de la Franja de Gaza ocupada y llevar unos suministros humanitarios que se necesitan con urgencia, Agnès Callamard, secretaria general de Amnistía Internacional, ha declarado:

“Al interceptar y bloquear por la fuerza al Madleen, que llevaba ayuda humanitaria y una tripulación de activistas de la solidaridad, Israel ha violado una vez más sus obligaciones legales para con la población civil de la Franja de Gaza ocupada y demostrado su escalofriante desprecio de las órdenes legalmente vinculantes de la Corte Internacional de Justicia”.

“La operación, llevada a cabo en mitad de la noche y en aguas internacionales, viola el derecho internacional y puso en peligro la seguridad de quienes viajaban en el barco. La tripulación estaba integrada por activistas, y defensores y defensoras de los derechos humanos desarmados en misión humanitaria que deben ser puestos en libertad inmediata e incondicional. Además, hasta que sean liberados, deben ser protegidos de la tortura y otros malos tratos”.

“Como potencia ocupante, Israel tiene la obligación internacional de garantizar que la población civil de Gaza tiene acceso suficiente y seguro a alimentos, medicinas y otros suministros indispensables para su supervivencia. En cambio, como parte de su esfuerzo calculado para infligir a la población palestina de Gaza unas condiciones de vida diseñadas para provocar su destrucción física, obstaculiza de forma sistemática y deliberada la provisión de asistencia humanitaria imparcial para una población civil que la necesita con urgencia. Sus ataques militares también han dañado o destruido infraestructura vital, incluidas fuentes de producción de alimentos como tierras de cultivo, lo que agrava el impacto de su política de inanición”.

“Durante su travesía en los últimos días, la misión del Madleen se manifestó como un poderoso símbolo de solidaridad con la población palestina sitiada, hambrienta y sufriente en medio de la persistente inacción internacional. Sin embargo, esta misma misión es también una acusación a la comunidad internacional por no poner fin al inhumano bloqueo de Israel. No habría sido necesario que unos y unas activistas arriesgaran su vida si los aliados de Israel hubieran convertido su retórica en medidas enérgicas para permitir la entrada de ayuda humanitaria en Gaza”.

“La interceptación por Israel del Madleen pese a los llamamientos mundiales para que se le concediera el paso seguro pone de relieve la impunidad de la que goza Israel desde hace tiempo, impunidad que le ha dado alas para seguir cometiendo genocidio en Gaza y mantener durante 18 años el bloqueo ilegal asfixiante de la Franja”.

“Hasta que veamos pasos concretos y reales de los Estados de todo el mundo que indiquen el final de su apoyo general a Israel, ésta tendrá carta blanca para seguir infligiendo implacablemente muerte y sufrimiento a la población palestina”.

“Los Estados deben actuar ya si no quieren correr el riesgo de ser cómplices de las graves violaciones de los derechos de la población palestina que está cometiendo Israel. Deben denunciar públicamente la interceptación del Madleen y la detención de su tripulación por Israel y exigir la libertad inmediata e incondicional de todas las personas que viajan a bordo del barco. Ha llegado el momento de adoptar una postura clara mediante actos y no sólo palabras. Deben dejar claro que no seguirán tolerando que Israel bloquee la ayuda humanitaria destinada a una población sometida a la inanición y el genocidio. Deben presionar a Israel para que levante su asfixiante bloqueo y permita que se entregue ayuda a través de todos los pasos fronterizos con Gaza ya”.