La lucha de muchos grupos de personas por el reconocimiento de sus derechos no es fácil. Leyla Huerta es una persona #Valiente que lucha por sus derechos y por los de miles de personas, enfrentando la violencia de un sistema indiferente, que se los ha negado históricamente. Confía en que esa situación cambiará. Aquí su historia. 

El día que conversamos con Leyla Huerta, a fines de marzo de 2019, ella se acababa de enterar que Claudia Vera, una activista trans, había sido asesinada de cinco balazos en el distrito limeño de Independencia, la noche anterior. Un escenario que lamentablemente no es poco común en un país que ha colocado en el último lugar a las personas trans, y donde la violencia que se ejerce contra ellas es una terrible realidad cotidiana.”¯”¯ 

Leyla”¯Huerta tiene cuatro años liderando Féminas Perú, una organización que busca empoderar a las personas trans y que trabaja por alcanzar el reconocimiento y cumplimiento de sus derechos. “Uno de los puntos más importantes es asegurar que nuestra esperanza de vida no sea la más corta en la región”, dice”¯Leyla. 

Las personas trans en el Perú luchan para que su identidad de género sea reconocida legalmente. Esto significa que el Estado debe facilitar el cambio de nombre y sexo en sus documentos de identidad y otros documentos oficiales, como un primer paso para hacer valer otros derechos: el derecho a la salud, a la educación, a la no discriminación, al trabajo digno. En esa lucha, la indiferencia de autoridades y de la sociedad en general es tal vez el más grande obstáculo por vencer. 

“Una de las cosas más fuertes es la indiferencia de la gente y de las autoridades frente a los problemas que enfrentamos por exigir ejercer ciudadanía, y lo peor, que minimizan lo que nos toca vivir, sin darse cuenta que juzgan desde su zona de confort”, señala. “Hablan de nuestras cuerpas”¯y vivencias como si ellos supieran lo que nos toca enfrentar día a día”, señala. 

De acuerdo con Leyla, la negación de derechos”¯por parte del Estado y la sociedad, lleva a las mujeres trans al trabajo sexual, ”¯a enfermedades, al desamparo, a la violencia y a la muerte.”¯De hecho, un estudio de la Universidad Peruana Cayetano Heredia realizado en el 2016, señaló que el alrededor del 70% de las mujeres trans en Lima se ven obligadas a ejercer el trabajo sexual por falta de oportunidades laborales y que solamente el 1% cuenta con DNI. Por eso, desde Féminas Perú buscan que se reconozca la situación de vulnerabilidad que atraviesan y que se apliquen políticas públicas equitativas. 

Leyla Huerta, activista trans y coordinadora del proyecto Féminas

FÉMINAS PERÚ: CAMBIANDO VIDAS 

Leyla”¯Huerta es ingeniera agrónoma y se considera muy afortunada de poder haberse desarrollado profesionalmente en la investigación. De esta forma, llegó a coordinar un proyecto de mujeres trans, considerado el más grande en la región, ”¯y luego”¯generó un espacio para formar Féminas Perú. 

Lo que Leyla”¯ha visto durante los cuatro años en esta organización, a través de reuniones donde llegaban mujeres trans de diferentes puntos de Lima a contar sus experiencias, ha sido, en sus palabras, una experiencia maravillosa. Personas empoderándose, colaborando unas con otras, informándose sobre su situación (crítica en la mayoría de casos), pero también sobre sus derechos. “Por eso tengo claro cuál es mi misión. No hay lugar para deprimirme o sentir miedo. En Féminas Perú reconocemos que tenemos que enfrentar un sistema que nos violenta”, afirma. 

Para ilustrar este escenario basta revisar la (deficiente) información oficial sobre la situación de las personas trans. La Primera Encuesta Virtual para Personas LGBTI, realizada por el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) en 2017, señala que el 63% de participantes manifestó haber sido víctima de algún acto de discriminación y violencia. Los espacios públicos y espacios educativos son los principales lugares donde se cometen estos actos de violencia. 

Así como Leyla, muchas mujeres trans”¯se enfrentan a esta realidad y la violencia también las alcanza. Valientes, no descansan en su lucha. A Leyla no le gusta que la llamen defensora de derechos humanos porque siente que simplemente hace lo que debería hacer, lejos de cualquier etiqueta. Sin embargo, es consciente que enfrentarse a un sistema patriarcal, donde el ejercicio de derechos para muchos grupos es un privilegio, no es seguro. A pesar de ello, las mujeres trans continúan en la defensa de sus derechos humanos, y nosotros estamos con ellas.