Más tres de cada cinco personas de 26 países se oponen al desarrollo de armas autónomas que puedan seleccionar y matar a un objetivo sin intervención humana, según una nueva encuesta encargada por la Campaña contra los Robots Asesinos.

Los gobiernos deben proteger a la gente de los numerosísimos riesgos que suponen los robots asesinos, y no precipitarse a una nueva carrera armamentística cuyas consecuencias podrían ser terribles. Rasha Abdul Rahim, directora adjunta en funciones sobre cuestiones tecnológicas de Amnistía Internacional

Los resultados de la encuesta, realizada por Ipsos MORI, fueron:

  • En los 26 países donde se realizó la encuesta en 2018, más de tres de cada cinco personas (61%) estaban en contra del desarrollo de sistemas de armas autónomas letales.
  • A dos tercios (66%) de las personas que estaban en contra de este tipo de sistemas les preocupaba sobre todo que se estuviera “cruzando un límite moral, dado que a las máquinas no se les debe permitir matar”.
  • Más de la mitad (54%) de las personas que estaban en contra afirmaron que les preocupaba que las armas “no rindieran cuentas”.
  • En enero de 2017, en una encuesta realizada en 23 países, casi idéntica, el 56% de las personas que respondieron estaban en contra de los sistemas de armas autónomas letales, lo que indica un aumento de la oposición a esta cuestión.
  • Más de la mitad de las personas que respondieron en China (60%), Rusia (59%), Reino Unido (54%), Francia (59%) y Estados Unidos (52%) estaba en contra de los robots asesinos.

La Campaña contra los Robots Asesinos, de la que Amnistía Internacional forma parte, es una coalición mundial en expansión formada por ONG que trabaja para prohibir las armas plenamente autónomas.

Aún estamos a tiempo de detener el desarrollo y la proliferación de las armas plenamente autónomas, pero pronto no podremos permitirnos ese lujo. Rasha Abdul Rahim

“Esta encuesta demuestra que los Estados que bloquean la prohibición de los robots asesinos están totalmente alejados de la opinión pública. Los gobiernos deben proteger a la gente de los numerosísimos riesgos que suponen los robots asesinos, y no precipitarse a una nueva carrera armamentística cuyas consecuencias podrían ser terribles”, ha dicho Rasha Abdul Rahim, directora adjunta en funciones sobre cuestiones tecnológicas de Amnistía Internacional.

“Aún estamos a tiempo de detener el desarrollo y la proliferación de las armas plenamente autónomas, pero pronto no podremos permitirnos ese lujo. Los gobiernos deben tomar nota de esta encuesta y comenzar a negociar urgentemente un nuevo tratado para prohibir estas horribles armas. Sólo así se podrá garantizar el respeto por el derecho internacional y abordar los motivos de preocupación éticos y en materia de seguridad que plantea delegar en las máquinas la facultad de decidir sobre la vida o la muerte.”

Amnistía Internacional pide la prohibición total del desarrollo, la producción y el uso de sistemas de armas totalmente autónomas, dados los graves riesgos humanitarios, de seguridad y de derechos humanos que plantean. El uso de armas totalmente autónomas sin control humano efectivo y significativo socavaría el derecho a la vida y otros derechos humanos y crearía una brecha en materia de rendición de cuentas si, una vez desplegadas, estas armas son capaces de tomar sus propias decisiones sobre el uso de fuerza letal.

Sin embargo, una minoría de Estados en la conferencia anual de la Convención sobre Ciertas Armas Convencionales, que se celebró en noviembre de 2018, utilizó las reglas de consenso para obstaculizar los avances diplomáticos. Rusia, Israel, Corea del Sur y Estados Unidos indicaron en la reunión que no apoyarían las negociaciones para un nuevo tratado, pero los resultados de las encuestas demuestran que más de la mitad de las personas que respondieron en Rusia (59%) y en Estados Unidos (52%) son contrarias a las armas autónomas.

También más de la mitad de las personas que respondieron son contrarias a las armas autónomas en China (60%), Corea del Sur (74%) y Reino Unido (54%), que se encuentran entre los principales Estados que desarrollan esta tecnología.

La encuesta realizada por Ipsos MORI fue encargada por la Campaña contra los Robots Asesinos en diciembre de 2018. El tamaño de la muestra era de 500 a 1.000 personas en cada país.

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